lunes, 25 de marzo de 2013

Entrada 4. Decálogo del mal profesor.


Nuevamente inicio una entrada con la esperanza de que os sirva de ayuda tanto como a mi.
En este caso realizaré una entrada en relación a una pregunta que me surgió hace unas cuantas sesiones sobre el tema del buen y el mal docente.

Tras un debate llevado a cabo en clase surgió una pequeña cuestión a cerca de los deberes del docente (tema que ya hemos tratado con anterioridad). Tras ello yo quedé pensando en: y si un docente deja de cumplir con sus obligaciones... ¿se puede considerar que es un mal docente? ¿Cómo es un mal docente? ¿Se puede saber si un docente es ''bueno o malo''?


Comienzo por dejaros una pequeña definición de los que podríamos llamar un ''mal docente'', de la mano de otra amiga bloggera. Aquí os dejo su link:  
http://moalso.blogspot.com.es/2012/06/como-reconocer-un-profesordocentemaestr.html
el  ''Mal Maestro'' es  definido  como  irresponsable, impuntual, ignorante, flojo, desorganizado, prepotente, in preparado, aburrido e injusto. Es interesante observar que 
 
los profesores definen a un mal maestro como alguien 
desorganizado y no comprometido, mientras que los 
alumnos lo definen como alguien prepotente, injusto, p
arco y cerrado. Entre hombres y mujeres prácticamente
no hay diferencias en las definidoras, pero sí las hay

de nuevo en las áreas académicas.


Son muy pocas las características

que aparecen en la literatura y que son propias de un  
mal maestro. La desorganización y la dificultad para 
transmitir sus conocimientos, o falta de comunicación  
adecuada, son características mencionadas por 
Check, mientras que Strickland menciona conductas no profesionales, entre las cuáles podemos encontrar la 

impaciencia y el incumplimiento.

A raíz de esto busqué información sobre las cosas que puede hacer un mal docente, encontrando este gracioso, aunque serio decálogo: http://es.scribd.com/doc/7291607/Mal-Profesor


DECÁLOGO DEL MAL PROFESOR.
  1. - Nunca comuniques a tus alumnos los objetivos de la asignatura si es que alguna vez los has pensado. Los alumnos podrían llegar a darse cuenta de que la asignatura es inútil.
  2. - La información es una fuente de poder. Si no quieres perderlo manténte siempre en una cierta ambigüedad. No des normas claras, ni mucho menos digas qué y cómo vas a evaluar, te expones a perder autoridad o a que tus alumnos dejen de venir a clase (¿para qué iban a hacerlo?). Cuanto menos te definas estarás más a salvo de críticas.
  3. - Empéñate en explicar toda la asignatura en tiempo de clase; puedes dar por supuesto que tus alumnos no saben leer. Además si no te pasas toda la clase explicando, tus alumnos podrían llegar darse cuenta de que no sabes hacer otra cosa.
  4. - Convierte tus clases en clases de dictado. Cuanto más copien tus alumnos, mejor, y cuanto más deprisa, mejor todavía; así no habrá tiempo para preguntas inútiles o incómodas. Además si las cosas van mal, se deberá siempre a los malos apuntes, no a tus malas explicaciones.
  5. - Evalúa solamente al final del curso o con pocos exámenes parciales, o por lo menos, y esto es lo realmente importante, con muy pocas preguntas. A la emoción del examen añadirás la emoción de la lotería. Y ya sabemos todos que el que no sabe una o dos preguntas no puede saber ninguna otra.
  6. - No se te ocurra evaluar con frecuencia a lo largo del curso, aunque sea de una manera más sencilla e informal, porque los alumnos podrían enterarse de lo que saben, de lo que no saben y de lo que deberían saber. Si esto llega a ocurrir, te expones a tener que aprobar a todos al final, y sufriría tu prestigio de mantenedor de un alto nivel de exigencia.
  7. - No caigas en la tentación de guardar artículos de periódicos o revistas que tengan que ver con tu asignatura, y mucho menos se te ocurra llevarlos a clase. Mantén el prestigio de la ciencia pura.
  8. - Nunca confíes en la motivación de tus alumnos ni en su capacidad de aportar algo que merezca la pena. Si se han embarcado en una carrera de cinco años es porque no tienen otra cosa mejor que hacer. Y si se trata de niños, lo mismo pero peor.
  9. - Convéncete de que somos pobres y de que la escasez de medios nos impide hacer las cosas mejor. Imprimir unos apuntes o un simple guión sale carísimo. Si en tu centro o facultad hay posibilidad de utilizar transparencias u otros cachivaches, no lo hagas; esos juguetes infantilizan la clase.
  10. - Cuando no puedas echar la culpa a los alumnos de lo mal que van las cosas, culpa de ello a la estructura. Si tienes algún cargo, culpa a los subordinados: no les comentes nunca tus decisiones. Ellos se encargarán de pasar la pelota a los más débiles. Los profesores somos ciudadanos por encima de toda sospecha.
Además quise saber cómo piensa la gente que se puede reconocer a un buen o mal docente, encontrando estas curiosas características y métodos:
  1. Tiene otro trabajo. Y no nos referimos al docente que no le alcanza el sueldo y tiene que recurrir a otro empleo para vivir dignamente. No. Un delincuente de la docencia tiene una empresa (una consultora, por ejemplo), o es gerente en el sector privado. No le interesa dar clases en realidad, pero sí le interesa alimentar su ego diciendo que es profesor. Y, además, nada mejor para aumentar sus honorarios que tener en su CV un ítem que diga “docente”.
  2. Llega tarde. Su trabajo es su prioridad y cuando se hace tiempo, va a dar clases. Es por eso que llega siempre media hora o una hora tarde.
  3. Falta sin avisar. Como una extensión del  ítem anterior, si no puede ir, no va. ¿Para qué avisar? Total el alumnado a él no le interesa.
  4. No le importa si entendiste o no. Cualquier docente que ame su profesión sabe que lo más importante es transmitir conceptos y que puedan ser asimilados por sus alumnos. Pero a un delincuente de la docencia esto no le importa. Él da su clase y listo: el que entendió bien y el que no, que se arregle.
  5. Cuando le preguntás algo no sabe bien. Hacerle una consulta a este tipo de docentes es casi suicida. Puede llegar a responder cualquier cosa con tal de irse y lo más seguro es que ponga alguna excusa para justificar su falta de conocimiento en un área que debería dominar.
  6. Explica mal. Porque no tiene facultades didácticas. Puede que sepa de su área, pero no lo sabe transmitir. Las clases resultan ser un desastre.
  7. Dificultades con conceptos básicos. Puede ser que demuestren deficiencias en conocimientos básicos, aunque estos no pertenezcan a la asignatura que él da. Sería un ejemplo exagerado, pero podríamos citar a alguien que da clases de matemática avanzada y no se acuerde bien como sumar y restar sin la calculadora.
  8. Delega todo lo que puede. En el ámbito académico, los profesores se rodean de ayudantes. Un delincuente de la docencia, los usa y les traspasa absolutamente todas las responsabilidades para que lleven adelante la cátedra.
  9. Mala letra en el pizarrón. Quizás, el síntoma más claro de que no están preparados para dar clases.
  10. Interrumpe la clase para hablar por teléfono.
Me ha sorprendido bastante ver que si realmente la gente hace incluso algo parecido a una especie de ''guía'' sobre como reconocer a un mal maestro es porque personas como estas han llegado a dar clase en las aulas. Ahora me surge otra pregunta: ¿por qué permitimos esto? ¿por qué gente así, sin ningún tipo de motivación y que probablemente hayan estudiado Magisterio por  el llamado ''enchufe'' o por las ventajas que pueda tener, se encarga de algo tan serio como la educación de nuestros niños del futuro?

Creo francamente que si realmente podemos comprobar que un profesor no está preparado para desempeñar su profesión o con los años ha ido descuidando su labor, debería (incluso antes de que se abra para él una inspección o algo similar) replantearse su vida y con ello su profesión ya que no solo se perjudica a sí mismo , dejando de lado su felicidad por estar en un trabajo que no le motiva, sino que un alumno no debería tener como maestro y persona educadora a alguien de estas características, puesto que TODOS TENEMOS DERECHO A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD.

Tenía ya ganas de llevar a cabo una entrada como esta. Ahora me gustaría que si tenéis un minuto me dierais vuestra opinión a cerca del tema, y si pensáis que un profesor desmotivado trae consigo algún tipo de consecuencia. Gracias una vez más por vuestra atención.

PD: Por último os dejo aquí algo bastante interesante que he encontrado. Un documento a cerca de lo que muchos docentes llaman los  ''Cuatro pilares del buen profesor'', espero que os guste y lo encontréis interesante. Su autor es Juan Reina Pinto.
http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_20/JUAN_REINA_2.pdf



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